martes, 14 de febrero de 2012

Cómo ser un esposo cumplidor

ESPOSO -La cabeza del hogar



Lo primero que debemos aceptar es que el hombre y la mujer son diferentes. Los hombres tienen cualidades masculinas, y las mujeres tienen cualidades femeninas. La estructura física misma del hombre es diferente desde las células de su cuerpo con sus 23 cromosomas. Hombres y mujeres difieren físicamente, emocionalmente, psicológicamente, mentalmente y relacionalmente. Dios diseñó al hombre primero y determinó que necesitaba una ayuda, entonces creó a Eva. De todos modos, ambos fueron creados a la imagen de Dios. “a imagen de Dios lo creó, varón y hembra los creó” (Génesis 1:27). Esto los hace co-iguales bajo Dios.
Dios claramente dio diferentes roles al esposo y a la esposa con un claro mandato al esposo. El es quien “ama a su esposa como Cristo amó a su iglesia” (Efesios 5:25), y él es quien “ama a su esposa como a su propio cuerpo (Efesios 5:28). ¿Qué propósito más alto ha puesto Él delante de un esposo? Está para mostrar el mismo interés por ella en cada aspecto, tales como: nutrirla y apreciarla, protegerla y tener el mismo amor auto-sacrificado que Cristo tuvo por la iglesia. Cuando un hombre trata a su esposa de este modo, encontrará una esposa a quien le será fácil respetarlo y someterse como “al Señor”. El debe entender que una mujer no es propiedad de un hombre, sino su compañera.
De hecho, esta relación determina la efectividad de las oraciones del hombre e impacta tremendamente su vida espiritual. “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo” (I Pedro 3:7). Esto no es una referencia a la vida moral o espiritual, sino a la estructura física del cuerpo, la cual demanda respeto, honor y amor, si has de ser efectivo sirviendo al Señor.
Aún en el jardín del Edén, Dios dejó claro que el propósito de Su creación fue multiplicar y poblar la tierra. La reproducción ha sido siempre evidencia del plan de creación de Dios. En el mismo versículo siguiente, Dios dio un mandamiento que una vez por todas arregla la perversión concerniente al pensamiento de la sociedad actual. El dijo, “fructificad y multiplicaos” (Génesis 1:28). A pesar de lo que el hombre moderno pueda decir, no cabe duda que la homosexualidad es una malvada perversión contra el plan de nuestro Creador. Ellos no pueden reproducir físicamente. Sodoma y Gomorra trataron de violar esto. Dios les destruyó como un ejemplo de Su juicio por violación de Su Divino plan. Si tienes preguntas sobre esto, lee Romanos 1:26-27.
El esposo es aquel que mantendrá unido y ligado el hogar como una faja o banda para ajustar. Si esa faja se rompiese, el hogar caería. Confiere además la idea de que está para ser un líder, un protector y un proveedor con una gran cuota de tierno y amante cuidado.
Se demanda Sacrificio
Ahora veamos las responsabilidades de un esposo hacia su esposa, las cuales pueden ser sintetizadas en una sola palabra: AMOR. “Maridos amad a vuestras mujeres” (Efesios 5:25). No es una opción, ¿pero cómo podemos medir el peso y la profundidad de esa palabra? A menudo usamos la palabra para describir cosas tales como: “amo mi automóvil,” “amo mi perro”, o “amo cabalgar.” De todas maneras, cuando hablamos de amor en una relación matrimonial, la palabra mueve su significado a un nivel mucho más alto.
La Biblia dice, “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” (Efesios 5:25). La medida completa de tal amor es imposible de comprender para cualquier hombre mortal, pero debe ser la meta de cada verdadero esposo porque se le requiere lograrlo. Si un hombre realmente piensa en esto, entonces todo su egoísmo muere dentro suyo ante el altar del matrimonio. ¿Qué incluye el amor en relación a la vida matrimonial? En el matrimonio, la esposa llega a ser muchas cosas para su esposo, pero la más importante es que ella llega a ser su mejor amiga. Los siguientes versículos ponen este amor en perspectiva y nos dan un más claro entendimiento de este amor: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13). Jesús estableció este ejemplo para nosotros en la cruz. No podemos hacer menos por nuestra mejor amiga, nuestra esposa. Ahora, veamos cómo esto se relaciona con el matrimonio.
La esposa también puede encontrarse siendo arrastrada hacia un centenar de diferentes direcciones. Tal vez ninguna de ellas sea mala en sí misma, de todos modos, Dios pone una prioridad sobre el hogar, y nosotros debemos hacer lo mismo. El esposo es responsable de establecer guía y ser el ejemplo de liderazgo en el hogar. No es para ser pasado a su esposa. Ella está para seguir y sostener el ejemplo del esposo, siendo guiados juntos por verdaderos principios bíblicos.
El esposo debería ser el líder en oración en las comidas y en el devocional hogareño a la noche con su esposa e hijos. El debe ser un estudiante de la Palabra, aplicando enseñanzas y verdades bíblicas a las muchas situaciones que se presentan en el hogar. El debería llevar a su familia a la iglesia, no solamente enviarles. El hogar y la iglesia deben trabajar juntos edificando un matrimonio en el cual Jesucristo es la cabeza.
Liderazgo físico y espiritual
Hay hombres que pueden ser grandes amantes pero terribles líderes, y hay hombres que pueden ser grandes líderes pero terribles amantes. El ego masculino a menudo se encuentra a sí mismo mentalmente exaltado más allá de su verdadera capacidad. La clave para esto es el equilibrio. Juntos, el hombre y su esposa, deben esforzarse en alcanzar equilibrio en sus roles. Demasiados desafíos pondrán estrés sobre la relación matrimonial y tensión en el hogar. El hogar es la prioridad, y el equilibrio es el ingrediente clave al invertir nuestro tiempo. El esposo podría consumirse con reuniones de negocios, involucrarse en reuniones de iglesia algunas noches a la semana, o ser aficionado a los deportes, y así la lista podría continuar. Ten por seguro que habrá miles de cosas para consumir tu tiempo y mantenerte fuera de tu hogar. De todas maneras, la Biblia claramente enseña priorizar la vida familiar. La clave es “someterse”.
1. Al Espíritu de Dios (Efesios 5:18-19)
2. Unos a otros en el temor de Dios (Efesios 5:21)
3. La esposa al esposo (Efesios. 5:22)
4. El esposo a Cristo (Efesios 5:25)
5. Los hijos a los padres (Efesios 6:1)
6. Los siervos a los amos (Efesios 6:5)
7. Los amos al Señor en el cielo (Efesios. 6:9)
Provisión material
La palabra “amor” incluye muchas responsabilidades y tiene muchas implicaciones. En los votos matrimoniales, el esposo asume la carga del sustento, y ningún hombre verdadero buscará evadir su obligación. La Biblia tiene palabras cortantes para decir sobre los hombres que toman sus responsabilidades livianamente en esta dirección. Dice, “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo” (I Timoteo 5:8). Normalmente, no es lo mejor cuando la esposa tiene que salir para ganar parte del pan diario, especialmente cuando hay niños en el hogar. Los Psicólogos dicen que el impacto más grande sobre la vida de un hijo es hecho durante los primeros 6 años de su vida. Puede ser la madre, o una cuidadora de niños que moldee la vida de tu hijo. ¿Quién crees que es según la elección de Dios? De todos modos, podrían haber circunstancias, ocasionalmente, donde tal necesidad surja, pero no debería ser la norma. Es responsabilidad del esposo proveer para las necesidades de la familia y así hacerlo, con la mejor de sus habilidades, honrando su responsabilidad ante Dios.
Muchos esposos cometen un error aquí. En su celo por proveer abundantemente para sus hijos y su esposa, ellos olvidan al Señor. Ellos fallan en hacerlo parte del compañerismo. Ellos no dan nada a las obras y los ministerios de Dios, y se asombran cuando Dios no les bendice mas abundantemente. “Él te da el poder para hacer las riquezas (Deuteronomio 8:18). El verdadero y sabio hombre no derramará para sus hijos y su esposa lo que justamente pertenece al Señor de los Ejércitos. II Corintios 8-9 nos da claras instrucciones que el dar debe ser una parte del hogar cristiano. El esposo debe proveer para las necesidades materiales del hogar, pero Dios es el supremo proveedor para nuestras necesidades. Al darle a Él, tu puedes entonces reclamar esta promesa, “Mi Dios suplirá todo lo que nos falte conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19).
Unicidad
Cuando un hombre ofrece a una mujer su mano en matrimonio, él dice mediante ese acto, que de todas las mujeres sobre la tierra, él la ha elegido a ella. Unicidad en el matrimonio significa que dos llegan a ser como uno, lo que afecta a uno, afecta al otro. Debe haber tierno cuidado amoroso y entendimiento de esta especial persona. Al vivir juntos como uno, Dios da este especial mandamiento: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo” (I Pedro 3:7). Tratando a tu esposa equivocadamente apagas tus oraciones e impactas toda tu vida. Cuando su belleza física esté disminuyendo, cuando su cara se arrugue, cuando su voz ya no sea tan musical, cuando la enfermedad deje sus rastros, él deberá estar para amarla tan verdaderamente y tan profundamente como siempre. Estás para darte a tí mismo por ella “así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella” (Efesios 5:25). Este es un alto desafío, y para el esposo cristiano es un desafío para ser practicado hasta que el cielo dé la bienvenida a uno de ellos en casa.
Zonas peligrosas…El trato y proceso de pensamiento sobre las mujeres debe ser cuidadoso. Los “deseos de la carne” es una de las tentaciones más fuertes del hombre, y el diablo las usará para destruir tu matrimonio. No digas que no te puede suceder a ti. Lee la historia de David, Salomón y otros. El esposo debe guardar su corazón y su mente en estos asuntos. El hombre debe tratar a las mujeres con pureza (I Timoteo 5:2). Debe evitar cualquier pensamiento o actividad sexual fuera del matrimonio (Efesios 5:3-4 y Hebreos 13:4).
Job hizo “pacto con sus ojos” (Job 31:1). Se comprometió a no mirar (o pensar) en otra mujer, con malas intenciones. Para proteger tu matrimonio, debes proteger tus ojos. Si lo ves en televisión, cambia el canal. Si lo ves en una revista, da vuelta la página. Si aparece en tu computadora, rápidamente bórralo. De nuevo, guarda tus ojos y tu mente, y guardarás tu corazón. Puedes llegar a pensar que puedes manejar el asunto, pero estás equivocado. Dios nos da una sola respuesta: – HUYE – “huye de las pasiones juveniles” (2 Timoteo 2:22).
Plena atención
Muchas veces, los hombres están a menudo descuidados sobre su concentración o atención. El problema es que bajas la guardia, y caes en hábitos libres o fáciles en tu hogar. De compras, o en la calle, eres excedidamente cuidadoso. Estás atento y cortés. Eres cuidadoso de no injuriar los sentimientos de una dama en tu lugar de trabajo, pero cuando llegas al hogar, ventilas todos tus problemas y dices que has sido reprimido todo el día. Puedes ser cortante, brusco y franco en tus comentarios. Respondes preguntas impacientemente y en forma ruda, en un irritado tono de voz. Piensas que porque una mujer es tu esposa, debería saber que la amas, aunque eres rudo con ella. Piensas que ella no debería hacer caso a todo lo que tú haces o dices, aun si eso es algo que ofendería grandemente a otras mujeres. De todos modos, olvidas de que ella tiene sentimientos, y que ella también pudo haber tenido un día escabroso.
Otro error que se comete en el hogar es que no se hacen los mayores esfuerzos en el tema de amabilidad y paciencia. Hay hombres que no dicen nada mezquino, o cortante en el hogar, pero deben confesar que dicen pocas cosas tiernas y amorosas. Su conversación es breve, seca y metódica. La tibieza del amante y recién casado esposo ha desaparecido extrañamente. La promesa de “amar y cuidar” rápidamente ha sido olvidada. El amor hablado necesita ser cultivado como cualquier otra clase de amor, y si no es alimentado, se muere.
Hay veces cuando un hombre debería ser especialmente sensible y atento para con su esposa. Un hijo podría haber estado enfermo todo el día o podría haberla tensionado por su desobediencia; el trabajo de la casa ha sido perturbado y demorado, y el día entero ha estado lleno de inusuales cuidados. Ella puede estar herida y solitaria, pero si su esposo tiene ternura y la demuestra, entonces las memorias de ese día rápidamente se borrarán. Toma poca atención borrar las batallas del día y restaurar el gozo del corazón.
Consejo
Es dado por hecho que si un hombre siente que una mujer es digna de ser su esposa, mirará por ella como un ser maduro, una persona inteligente. Aun después del matrimonio, algunos hombres tratan sus esposas como ellos son, en el mismo nivel mental que los niños. Ellos nunca comparten acerca de sus negocios, o las luchas del día. Ahora bien, una mujer no sabe nada acerca de negocios, pero puede ser una gran consejera, algunas veces viendo el cuadro más amplio. La mujer a la cual se hace referencia en Proverbios 31 revela que es sabio para un esposo buscar el consejo de su esposa. Ella tal vez no tenga los detalles en su cabeza como su esposo los tiene, pero el hecho es que una rápida intuición de la mujer a menudo saltará al punto correcto, mientras la lógica de un hombre es lenta en alcanzarlo. Entonces el hecho mismo de que ella esté mas, o menos, distanciada del inmediato problema, a menudo elaborará sus juicios más claros y más precisos. Es un hombre sabio el que busca el consejo de su esposa en los asuntos de sus negocios. Muchos hombres pueden agradecer el discernimiento de sus esposas por un largo compartir de su fortuna.
Con gran corazón
La cabeza y el corazón deben estar sincronizados. Que nos libre el Cielo de un hombre que es un “nadie” en su trabajo y un pequeño tirano en su hogar. Que ama pararse en el terreno y ser el dominante, ser el tirano matón del círculo del hogar, vociferar mandatos y amenazar a su esposa y sus hijos como algún salvaje animal. De todas las personas despreciables, este hombre es el peor. Esto es una total violación de lo que Dios intentó que los hombres sean para sus esposas. Este tipo de persona no tiene el concepto de lo que significa “Maridos, amad a vuestras esposas”.
Rendición a Cristo
Tal vez este pensamiento quemó sobre tu corazón. Hay hombres que son tiernos para con sus esposas. Ellos proveen cada cosa necesaria para su confort. Ellos son muy atentos y de gran corazón. Ellos les aconsejan muy bien y son bondadosos para con ellas, pero en cuanto a los temas espirituales, ellos se retraen y no toman parte en la adoración con ellas. Ellos se cierran a sí mismos fuera de la más profunda y de la más sagrada parte de la vida de una esposa. Ella va sola a la iglesia. Ella se sienta sola a la mesa del Señor. Sola dobla sus rodillas en oración. Ella sola lleva las esperanzas, adversidades y aspiraciones de su alma. Ella sola quiere que su esposo, mas que nadie en el mundo, venga a Jesucristo y haga de Él su Señor y Salvador. El no tiene parte con ella en todo esto. “Y si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no permanecerá” (Marcos 3:25).
El niega los votos que hizo ante el altar matrimonial. Dios nos hizo cuerpo, alma y espíritu. Negar la parte espiritual de esta sagrada relación es estar ciego a la más importante parte de esta unión. Podríamos decir a cada esposa que, tal vez en esta situación, un matrimonio tal no es un matrimonio como Dios intentó que fuese. Solamente Su gracia la puede ver a través de eso, y ella puede clamar por la promesa de que su consistente testimonio pueda ser el resultado de la salvación de su esposo. “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas” (I Pedro 3:1).
Si juntos no son un alma y un espíritu, entonces este matrimonio no es a la manera que Dios intentó que fuese. Tal acción de parte de un esposo es completamente equivocada y reprensible, y Dios lo llevará a juicio para responder por esto. Es una gran equivocación para la esposa cristiana y familia, y la consecuencia de sus acciones serán reveladas ante el trono del Juicio.
Los corazones están para ser unidos en comunión eterna. Los años aquí en la tierra son tiempos de preparación para una unión que perdurará más allá del valle de las sombras de la muerte y por último a través de toda la eternidad. Creemos que muchas lágrimas serán derramadas en el cielo por matrimonies fallidos que Dios quiso bendecir pero no pudo. El enjugará todas las lágrimas, pero tendremos recuerdos de lo que debería haber sido. Oremos para que Dios ayude a un esposo que no está en esta correcta relación, para pensar sobre sus cosas y someter su vida a su esposa y sus hijos, pero por sobre todo al Señor Jesucristo, haciendo de Él el Señor de su vida.
Si cosas no están correctas y tu quieres arreglarlas, puedes hacerlo ahora mismo. Si un amigo llamara a la puerta de tu casa, abrirías y lo invitarías a entrar. Jesús llama a la puerta de tu corazón, pero te corresponde a ti abrir la puerta e invitarlo a entrar. Él solamente entrará ante tu invitación. Él limpiará tu corazón y lo hará un lugar donde tú y Él puedan tener comunión cada día de tu vida. Él dice, “He aquí estoy a la puerta y llamo. Si alguien oye mi voz (ese serías tú) y abre la puerta, yo entraré a él y cenaré con él” (Apocalipsis 3:20).

Hijos en el Hogar Cristiano...

HIJOS EN EL HOGAR - Edificando Vínculos



“Herencia de Jehová son los hijos” (Salmos 127:3). Nada es más emocionante que mirar a un bebé recién nacido, el cual Dios te ha confiado a ti. Es una estremecedora responsabilidad que Dios ha colocado en tus manos como esposo y esposa. Es una persona que enseñarás y moldearás por tu ejemplo. Nada es más maravilloso que escucharles reír, cantar, y a veces llorar mientras aprenden las alegrías y las lecciones de la vida. Estudios han revelado que el 85 % de la influencia sobre la vida de un niño viene del hogar. Ellos serán lo que el hogar es. Serán conducidos a Dios y Su Palabra, por tu enseñanza y por tu estilo de vida. Mucho del destino físico y eterno de sus vidas yace en tus manos. A través de tu vida, ellos deben estar primeros en la lista de tus oraciones diarias.
Hay también dolores de cabeza porque los hijos tienen una voluntad. Ellos pueden hacer elecciones que están claramente equivocadas. Esto puede romper tu corazón. De todos modos, deberías dejarles ir, recuerda la historia del hijo pródigo en Lucas 15:11-24. Seguramente el padre pasó muchas noches de insomnio orando por su muchacho. El estaba mirando siempre al camino por el cual su hijo retornaría a su casa. Cuando él volvió, perdón había en el corazón de su padre quien no lo dejó terminar de contar a su hijo cuan arrepentido estaba. Ese es el corazón de un verdadero padre cristiano.
Se cuenta la historia de un hombre que tiró abajo uno de sus edificios del campo que había estado en pie por más de 20 años. Dejó allí una mancha sin atractivo, pero al llegar la primavera, y el sol y la lluvia caer sobre el lugar donde el edificio había estado, el propietario se sorprendió al encontrar innumerables flores brotando. Evidentemente esas semillas habían estado allí todo el tiempo, pero carentes de lluvia y sol habían sido impedidas de brotar y florecer. Muchos hogares tienen en ellos tales posibilidades de bellezas no desarrolladas.
Afecto y Unidad
Tenemos la política en nuestro hogar que los hijos pueden hacer cualquier pregunta, en todo tiempo que quieran hacerlo. De hecho, les animamos a compartir todo, y ellos tienen el derecho de disentir con cosas que nosotros decimos. De todos modos, siempre tenemos esta política: “todo es debatible, pero no siempre negociable”. Cuando mis hijos se hicieron mayores, esos tiempos dieron lugar a grandes discusiones bíblicas. ¡Supimos que esto estaba haciéndolos pensar! Esto estaba confirmándoles lo que creemos y lo que la Biblia enseña. Nosotros siempre tenemos una política con nuestros hijos, que si ellos quieren hablar, estamos listos para escuchar. A menudo, al irse a la cama, tienen una pregunta, tal vez no porque realmente quieran una respuesta, sino mas bien porque no quieren ir a dormir. De todos modos, siempre usamos este tiempo, porque si están interesados en hablar, estaremos interesados en escuchar.
Una de las más grandes fallas en los hogares es que los padres no se comunican con sus hijos. Demasiado a menudo, hermanos y hermanas salen del hogar y buscan consejo de sus amigos más cercanos. A veces ellos hacen preguntas que no son respondidas en el hogar, o tienen temor de hacerlo en el hogar. Un amigo no sería como un hermano o hermana, sino un muchacho o una chica cercanos que podrían dar respuestas equivocadas. La razón de esto podría ser obvia. A menudo la vida familiar, por su propio carácter de cercana y constante asociación, podría tender a perder un poco de su interés y frescura. Los hijos deben entender que sus mejores amigos son sus propios hermanos y hermanas. Los amigos vienen y se van, pero la familia es para siempre. Podemos tener por seguro que, no importa cuan cercana sea una relación entre amigos fuera del hogar, esta nunca puede ser tan verdadera y cercana como la relación entre hermanos y hermanas. “La sangre es más espesa que el agua,” dice el viejo proverbio. Muchos padres pueden pensar que el amor y el afecto familiar es una especie de instinto y que no necesita desarrollo. Nada mas lejos de la verdad. Los padres deben abiertamente demostrarlo. El mismo proceso de sacrificio, disciplina, falta de egoísmo y amorosa consideración de los otros une corazones a corazones en el hogar. Sólo porque los corazones estén ligados juntos no significa que ellos necesariamente serán corazones amorosos, sin embargo hay una demostración y un ejemplo claramente enseñado y vivido en el hogar. Escuchar las palabras del padre y la madre diciendo, “lo siento,” “perdóname,” y “te amo” son lecciones que ellos nunca olvidarán.
Un Hermano debería ser Guarda y Defensor de Su Hermana
La historia de Charles y Mary Lamb es una historia familiar que ha sido contada muchas veces. En un repentino rapto de demencia, la hermana quitó la vida de su propia madre. Desde aquel momento en adelante, ella fue objeto de recurrentes arrebatos de demencia violenta. Hubo síntomas premonitorios, y cuando esto se confirmó, Charles y Mary irían, mano en mano, al asilo, donde por un tiempo, ella debía ser confinada. Uno de sus amigos dice cómo él repentinamente vino a Charles y Mary que estaban llorando amargamente mientras caminaban de la mano por una pequeña senda rumbo al asilo. Esto fue una prueba que Charles Lamb cargó, no por uno o dos años, sino por 35 años, todo ese tiempo en amor y paciencia. ¡Sí!, un hermano está para ser el protector de su hermana!
Hay otra manera en que podemos protegerla. Cada hombre joven conoce los hombres jóvenes que son impuros y malvados. El no estará a su lado y verá a ese hombre joven llegar a ser compañero de su pura hermana. El la advertirá, si es un verdadero hermano, del carácter de ese hombre. Una hermana hará bien en hacer caso y buscar el consejo del hermano acerca de los hombres con quienes ella podría formar amistades cercanas. Así mismo, un hermano hará bien en hablar confidencialmente y francamente con su hermana acerca de mujeres jóvenes con quienes él esté considerando citas. Las muchachas conocen a las muchachas y los muchachos conocen a los muchachos. Una hermana sabe si una chica es verdadera y digna de la consideración de su hermano, o si ella está encubriendo su verdadero carácter y seduciéndolo. Una verdadera hermana sabrá y le dirá a su hermano esas cosas, y el hermano hará del mismo modo con su hermana.
Un Hermano y una Hermana serán una inspiración de Pureza y Virtud uno para con el otro
El más grande desafío que un joven hombre o una joven mujer encara hoy, es guardarse a sí mismo puro. Ellos oyen: “todos lo hacen”. ¡Eso es una mentira! Supongamos que decimos que todos están consumiendo drogas. ¿Lo hace cierto?. ¡No! Una pura vida moral es difícil de guardar para cada hombre joven o mujer joven, de todos modos, es una elección que deben hacer. Hay presión a cada lado para luchar. Dios dice, “Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia” (Romanos 6:13).
Las tentaciones prueban a un hombre joven, a menudo más encubiertamente y fuertemente lo hacen con una mujer joven. De todos modos, un gran versículo para memorizar es I Corintios 10:13. “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.”
¡Cada hermana tiene una oportunidad de ayudar aquí! Ella puede ser un ejemplo en acciones y actitudes, tan pura y dulcemente atractiva, que la memoria de su carácter acompañará a su hermano en el mundo y le servirá como un escudo de defensa. Cuando el mal le tiente a él, los pensamientos de su hermana se levantarán como un ejemplo delante de él, brindando diáfano disgusto y aborreciendo lo que le tienta. Seguramente vale la pena para cada chica buscar tener esta influencia en la vida de su hermano. Ella puede hacer la virtud tan atractiva que él siempre rechazará el vicio. Ella no podría tener mayor cumplido o piropo que el que un hermano diga que quiere casarse con alguien con el carácter de su hermana. “¿Quién hallará mujer virtuosa? Porque su valor sobrepasa al de las piedras preciosas” (Proverbios 31:10).
Cada hermano debería poner delante de su hermana el ejemplo de fina, limpia, y noble hombría. Su carácter y lenguaje, además de su testimonio cristiano, deberían ser una clara guía como un estándar que ella busque en un hombre. “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45). Por lo tanto, su ejemplo guiará a ella cuando elija un esposo. Porque de la vida y del carácter de su hermano, sus ideales serán tan altos que nadie sino el más digno podrá tener esperanza de conquistarla; así ella será salvaguardada.
La palabra “salvaguardar” es grandemente necesaria hoy en día. Estándares en muchos lugares tales como televisión, revistas y la Internet están saturados con pornografía. Muchos otros medios públicos están desastrosamente bajos respecto a asuntos morales. “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8). Muchas chicas fallan en darse cuenta de esta gran oportunidad y responsabilidad. Una Nación nunca se levantará más alto que sus mujeres, y los hombres son solamente tan buenos como las mujeres les imponen ser. No debemos poner un inmerecido peso de responsabilidad sobre los hombros de las mujeres, de todos modos, el hecho es que las hermanas en el hogar y las mujeres en general tienen en sus manos los destinos de sus hermanos y de otros hombres jóvenes, más de lo que a menudo toman conciencia.
Hermanos y hermanas deberían preservar su mutuo amor y vínculos a través de los años. Es fácil distanciarse. Cambio de residencia desde una parte del país a otra, junto con el crecimiento de familias, e intereses y responsabilidades divergentes hacen difícil guardar sus vínculos cercanos, afectivos y firmes. De todas maneras, se puede hacer. Hoy tenemos medios de comunicaciones instantáneos como en ningún otro tiempo de la historia, e-mails, teléfonos y mensajes al instante. Si hay una pregunta, aun sentirnos libres de buscar consejo, debería hacerse; y en muchas familias cristianas se hace. Hermanos y hermanas, con sus herencias comunes, sus mutuas bendiciones y memorias del hogar deberían permanecer vinculados. La familia es una unidad ordenada por Dios y permanecerá no solamente a través de este mundo, sino también a través de toda la eternidad. Vivamos entonces con un sentido de responsabilidad y amor con mutua paciencia y disposición a ayudarnos, de modo que estemos mejor preparados para la vida allá.
Si tus vínculos familiares se aflojaron, si frialdad e indiferencia, o malos entendidos y crítica, han arruinado la relación que fuera una vez cercana, fuertemente te amonesto a que hagas lo que puedas para restaurar la relación. Un llamado telefónico, una carta o un e-mail puede ser el primer paso hacia la restauración de los viejos vínculos. Piénsalo.

Para las esposas....

ESPOSA -El corazón del hogar





Si tu eres una mujer leyendo esto y estás tratando de entender tu rol en el matrimonio, por favor haz una pausa y abre tu Biblia en Proverbios 31 (lee y medita en versículos 10-31). Este es un pasaje bíblico que te ayudará a entender tu rol en el matrimonio. Lo siguiente es dado para ayudarte a edificar sobre este pasaje en una manera práctica, para tu entendimiento de la hermosa relación que Dios inició desde “el principio”.
Yo confío que cada mujer entenderá su propio valor para su futuro esposo. Proverbios 31:10 dice que tu precio para tu esposo va más allá del de los rubíes. Cuando un hombre te pide ser su esposa, has sido elegida por sobre todas las mujeres de la tierra. Esto trae responsabilidad y oportunidad, que los ángeles del cielo bien podrían codiciar. Ella tiene en sus manos el destino y el provecho terrenal de su esposo y sus hijos más plenamente de lo que a menudo se da cuenta. Tú serás, más que cualquier persona o cualquier cosa, el más grande impacto en el futuro de tu esposo, tus hijos y tu hogar. Mucho del desarrollo y el destino de ellos están en tus manos. A menudo se dice, “los hijos son producto del hogar”. Ambos padres estampan su marca en el hogar, pero a causa del tiempo y la enseñanza, una madre invierte en moldear los hábitos del hijo, carácter y pensamientos, y su influencia hace un mayor impacto (Proverbios 31:28).
La palabra “Esposa” significa “tejedora”. Ella es la que teje el hogar en el diseño y la belleza que este intentó ser. Todas las hebras se deben complementar entre sí, y contar una con otra, para expresar la voluntad del tejedor. Un hogar tejido por una esposa cristiana expresará la gracia y la belleza que revela la obra del Espíritu Santo en todas las actividades diarias. Se reflejará claramente en la vida de sus hijos y de su esposo. “Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba: muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas. (Proverbios 31:28-29)
El hogar es su dominio. Como el Señor Jesucristo es cabeza de la iglesia y el Espíritu Santo es Aquel Guía siempre presente, influenciando, dirigiendo, enseñando y ejecutando reglas establecidas en su Palabra, de ese modo la esposa es como el Espíritu Santo en el hogar. Su influencia en todo avanza en el hogar como la obra del Espíritu Santo en la iglesia. Ella guía, enseña, conforta, anima, da y entiende en función de edificar a su esposo y sus hijos en la Fe.
La descripción de una Buena esposa, la cual fue dada por un escritor de años atrás, es: “Una buena esposa es el mejor y final regalo del Cielo al hombre, su ángel y ministro de gracias innumerables, su joya de mayores virtudes. Su voz es su música más dulce, su sonrisa su día más brillante. Sus besos la guardia de su inocencia, sus brazos su seguridad; su industria su más segura salud. Su economía su más seguro compañerismo; sus labios son sus más seguros consejeros, su pecho es la más suave almohada de sus cuidados, y su oración el más capacitado abogado de las bendiciones del Cielo sobre su cabeza.”
Si esa es la esposa ideal, tal vez algunas preguntas deberían ser hechas antes de entrar al matrimonio con un hombre. Porque una esposa es el corazón del hogar, una mujer debería preguntarse a sí misma si ella podría ser todo lo que se requiere de ella para ser una esposa piadosa. ¿Qué tipo de mujer habrás de ser en función de llegar a ser una buena y verdadera esposa? ¿Es esta la vida que tu deseas? Aquí están algunos de esos requerimientos a considerar para llegar al cumplimiento del diseño de Dios para la esposa en un matrimonio cristiano.
Compañerismo
Yo uso la palabra en su sentido extenso. Lee otra vez la descripción de una buena mujer en Proverbios. “El corazón de su marido está en ella confiado.” El sabe que ella es su más maravillosa amiga y compañera, y ella es suya solamente. El sabe que ella es fiel a todos sus intereses e intenciones; él debe mostrar lo mismo por ella. Ella es consciente de sus necesidades y planes para el futuro. Ella puede pararse a su lado y realzar sus sueños. Nadie puede satisfacer sus necesidades y expandir su visión, sus metas, su futuro y sus compromisos como la hermosa esposa con quien se casó.
Manteniendo el Hogar
Es verdad que con ciertos trabajos, los hombres y las mujeres están igualados, pero hoy encontramos que hombres y mujeres están en competición por trabajos en el mercado. Deberíamos preguntarnos a nosotros mismos cuál es la motivación real para tal empleo. Tal vez sea poder, dinero, ego, aceptación, reconocimiento, derechos, materialismo o muchas otras cosas, no todas estas son correctas ni todas erróneas. Ellos se convencen a sí mismos que si ellos van a trabajar por un tiempo, el incremento en los ingresos les habilitará para tener cosas que ellos necesitan, como una mejor casa, un auto más nuevo, educación privada y la lista se hace interminable. De todos modos, si examinamos esto cuando sucede, una pareja nunca alcanza tranquilamente el estándar de vida que soñaron, porque este avanza mientras sus ingresos se incrementan. Una vez que una pareja establece su estándar de vida, basado en dos ingresos, raramente retornarán a tan sólo un ingreso. Por esta situación, ambos habrán perdido la clara enseñanza bíblica.
Desde el punto de vista bíblico, ¿es esto realmente la intención de Dios para una mujer, especialmente cuando hay niños en el hogar? La Biblia dice que las mujeres mayores deben “enseñar a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la Palabra de Dios no sea blasfemada” (Tito 2:4-5).
Si el hogar tiene la prioridad en nuestras vidas como Dios intentó que la tenga, entonces el orden del hogar debe ser acorde con lo que la Biblia enseña. Dios intentó para la esposa que encuentre su propósito en mantener el hogar y los niños, cuidando su casa, amando sus hijos y haciendo del hogar un refugio para su familia. Si no puede guardar su casa, y no puede aprender, o no lo hará, deberá contar con alguien que lo hará por ella. Una limpia y bien cuidada casa es absolutamente indispensable para una feliz vida matrimonial.
Esto puede sonar poco romántico para una pareja joven, pero no lo hace menos verdad. Muchos matrimonios felices han sido destruidos por el febril esquema de ambas personas, especialmente cuando los pisos no están limpios, la comida no está preparada, los hijos no están cuidados, y los sobrantes y retazos no son levantados y puestos en sus apropiados lugares. El esposo viene al hogar desde su trabajo donde la organización es un mandato en función del éxito del negocio. Se requiere de cada persona mantener orden y eficiencia en su trabajo. Si esto es importante en el mercado laboral para obtener éxito, cuánto más es necesario para el éxito en el hogar.
El esposo debe ser un hombre muy paciente, pero cuando constantemente llega a un hogar sucio, a una casa desordenada donde cada cosa está donde no debería estar y nada está donde debería, esto apaga la atmósfera y mata el gozo del hogar. Cuando las cosas están desordenadas y no hay aseo, cuando las cosas son dejadas donde se usaron por última vez en vez de ser colocadas en su lugar apropiado, se genera tensión en el hogar y rápidamente el romance vuela por la ventana.
Si, como esposa, quieres conservar una vibrante relación de amor, hacer del hogar un refugio para el descanso de tu esposo y para que escape de las presiones del trabajo, colócate entonces en sus zapatos. ¿Cómo quisieras las cosas al llegar a tu hogar? Amor y respeto deben ser las cuerdas que mantengan unida la relación. Sin embargo, el apropiado mantenimiento del hogar establecerá la atmósfera, ya sea para edificar o destruir la relación. Como toda relación, debe tener una base, y una de las piedras importantes de ese fundamento es un buen cuidado hogareño.
Comunicaciones mutuas
La comunicación debe fluir de parte de cada compañero, compartiendo cada cosa y todas las cosas. Entre un esposo y una esposa, ningún tema o incidente está fuera de los límites. Al mismo tiempo, cada cosa compartida en confidencia debe ser guardada confidencialmente. Si se viola esto, severamente se dañará la base de confianza en la relación. Mientras ella le de su confidencia plena a su esposo, no escondiéndole nada y no teniendo secretos para él, será muy cuidadosa acerca de lo que diga concerniente a su hogar fuera de su casa.
Los hombres son a menudo terribles tratando a sus esposas. El encontrará faltas que la fastidiarán y a menudo le causarán dolor. El fallará en este deber o en el otro. Una esposa sabia nunca hablará de estas cosas fuera de su casa, ni en el hogar delante de los niños. Ella solo hablará con su esposo y a su Salvador acerca de esto. Ella puede estar constantemente esforzándose en corregir estas faltas en su esposo, pero debe ser paciente, con amor, guardando su problema en su propio corazón. Proverbios 31 es un capítulo especial de la Biblia para la mujer piadosa. Aquí un versículo para guardar de corazón, “ella abre su boca con sabiduría; y la ley de clemencia está en su lengua”(versículo 26).
Aquí, a veces, se comete un fatal error. Las esposas, necia y engañosamente, parlotean unas con otras acerca de las fallas de sus respectivos esposos. A veces ellas hablan a otros hombres sobre esto, olvidando el hecho de que el amor pasará por alto los defectos. El hombre a quien ella esté hablando acerca de las faltas de su esposo debería asombrarse de que aquel pobre marido nunca vio en una esposa alguien que hablaría en tal manera, y por lo tanto ella solamente brinda falta de respeto sobre su propia cabeza. Guarda tu corazón y tus palabras al hablar a otros acerca de tu familia y tu hogar.
Presentación personal
Física y espiritualmente
Hoy en día, en nuestro mundo de avisos publicitarios, la belleza es el apelativo sexual. Muchas mujeres han comprado la idea del mundo de que la belleza traerá matrimonio, felicidad y éxito, solamente para descubrir que no es verdad. Después de los votos matrimoniales, cuando comienzan a vivir juntos, se revela la verdadera persona. Otra vez, es Dios quien nos da la correcta perspectiva, “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada” (Proverbios 31:30).
Alguien ha dicho, “la belleza está en el ojo del observador”. La belleza real no puede ser alcanzada por pérdida de peso, vestidos elegantes, maquillaje o cualquier otra cosa que el mundo diga que necesitas para estar hermosa. “Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; sí, la obra de nuestras manos confirma” (Salmo 90:17). La belleza verdadera y perdurable no es externa, sino interna. ¿Te has encontrado alguna vez con una pareja mayor, quienes están todavía locamente enamorados? Es enteramente posible para una esposa constantemente incrementar su encanto para su esposo. El paso de los años puede quitar la lozanía de sus mejillas, y la musicalidad de su voz, pero el arte del amor y de la gracia en mente y alma puede aun hacerla amorosa a los ojos de su esposo. Para hacer esto, de todas maneras, ella evitará todo lo que sea ofensivo y buscará ser una esposa que constantemente esté cultivando su propia vida con todo lo que sea amable, femenino, de buen agrado y piadoso.
Así que todo regresa al asunto del carácter, el verdadero ser. Una Buena esposa llega a serlo solamente por ser una buena mujer, y una buena mujer llega a serlo solo por ser una piadosa mujer cristiana. La vida matrimonial pone grandes requerimientos sobre ambos, el esposo y la esposa. Es una estricta disciplina y en ella yace mucho de su valor. Los deberes de una esposa son tales que prácticamente no hay mujer, a no ser que sea cristiana, que pueda enfrentarlos. Luchas y perplejidades, cruces y decepciones, tristezas y solicitudes se levantan, y si Cristo no está en el corazón, ellos son demasiado grandes para ser soportados. Tengamos a Cristo en nuestros hogares, y que cada esposa le permita ser su verdadero y familiar amigo.

Para los hijos...

HIJOS -El fruto del hogar




Charles Lamb dijo que no había nada sobre la tierra que él no diese por tener la posibilidad de volver a estar con su madre que había partido de este mundo, y de rodillas, pedirle perdón por cada cosa que habían afligido su gentil espíritu. Seguramente, con el avance de los años, cada hijo pensativo ha caído como éste y ha llegado a darse cuenta de lo que sus padres han hecho por él.
Que nadie suponga que cada hijo es demasiado pequeño para tener una parte real en el desempeño de un hogar. Las rueditas internas en mi reloj son pequeñas, algunas excesivamente pequeñas, pero ellas son todas importantes para el buen funcionamiento de esa máquina de tiempo. Un niño pequeño puede ser de tan mal genio e irritante que él perturbe la familia completa, o puede ser tan amoroso y razonable que brinde paz y buen humor al hogar completo.
Obediencia
Hay 3 cosas que los padres deben hacer: Amar, Disciplinar y Enseñar, pero, ¿cuáles son las responsabilidades de los hijos en el hogar? ¿Cuál es la parte de ellos?
La Biblia no dice, “Hijos, obedezcan a sus padres cuando ellos están en lo correcto”. Dice, “Obedezcan a sus padres en el Señor porque esto es justo”… aun si ellos están equivocados (Efesios 6:1). Algunos tratarían de decir que no tenemos registro de la vida familiar de nuestro Salvador. Solo unos pocos detalles fueron escritos acerca de su vida temprana, pero ellos son reveladores. No hay palabras más hermosas que aquellas que dicen de él, “Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos” (eso es, a Su madre y a Su padre adoptivo). ¿Y quién fue Jesús? ¿Quién era este niño que obedecía? El era el eterno Hijo de Dios. El era el Creador del universo, “porque por él fueron hechas todas las cosas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho.” El fue el Señor y Maestro de todas las huestes del cielo. ¡Qué lección de obediencia!
“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:4). Mucha gente joven tiene la idea de que obedecer y sujetarse a sus padres es una humillación, una especie de restricción auto impuesta, la cual los limita. ¿Tuvo ese efecto sobre Jesús? Sabemos que no. Una vida joven no debería ser impedida ni dejar descarriarse, si sigue cuidadosamente las advertencias de fieles padres cristianos. Ninguna joven persona que fue una vez estudiante, se estorbó o injurió por obedecer las instrucciones implícitas de padres piadosos. Jesús obedeció sus padres terrenales hasta que tuvo 30 años de edad, entonces Él dejó su hogar para llevar a cabo Su obra señalada por Dios.
La obediencia debe ser absoluta; incluye aquellas cosas que son amenas como también las que no lo son. Solamente una cualidad clave es mencionada, “en el Señor”. Los hijos deben obedecer, “en el Señor”. Un padre cristiano puede requerir algo que parece estar equivocado, pero el hijo debe obedecer. “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor (Col. 3:20). De todos modos, debemos recordar que los padres son falibles. Ninguna autoridad humana, de ninguna clase, está en lo correcto cuando ordena a alguien quebrar una de las leyes de Dios. Si un padre no creyente exige a su hijo que desobedezca la palabra de Dios, las consecuencias caerán sobre el padre y no sobre el hijo.
La Biblia dice, “Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar” (Marcos 9:42).
Amor y Respeto de Padres
En todo esto, tomamos por hecho que los padres guardan delante de ellos la referencia que sigue a “hijos obedeced a vuestros padres en el Señor,” la cual es “padres, no provoqueis a ira a vuestros hijos”. La relación es decididamente a dos puntas. Que un padre no creyente demande que su hijo niegue al Señor acarreará consecuencias sobre los padres y sobre los hijos.
No sé de ninguna otra palabra que necesite ser dicha con mayor énfasis a los jóvenes que ésta. Hay una joven muchacha que se avergüenza de su madre. Ella ve que la belleza de su madre ha empalidecido; sus vestidos no son tan finos como deberían ser; sus manos son rojas y fatigadas de esfuerzo. La joven muchacha se avergüenza de su madre y no le importa cuando tiene sus encuentros con sus jóvenes amigas que vienen a su casa. O la vergüenza está dirigida al padre, cuyos encorvados hombros, su cara curtida y golpeada por el clima y manos lisiadas hablan elocuentemente de años de esfuerzos y penurias que soportó para que sus hijos pudieran tener una mejor oportunidad en la vida que la que él tuvo. La joven muchacha, o el joven varón, con sus jóvenes amigos y sus estrafalarias vestimentas y ropas de estilo, tal vez se avergüenza de ver “al viejo”.
Estos no son casos sacados de nuestra imaginación. Sabemos de muchos casos así. ¿No sabes que esas marcas de esfuerzo, edad, esmero, y privaciones son marcas que hablan elocuentemente de amor por ti? Tu madre y padre recibieron esas marcas derramando la misma sangre de sus vidas por ti.
¿Te avergonzarías de un hombre que tiene solo un ojo, habiendo perdido uno en defensa de tu vida? Bueno, tu padre y tu madre han hecho más que salvar tu vida. Ellos han tenido noches de quebranto y días de ansiedad. Ellos te han cuidado en tus enfermedades. Ellos no han considerado su propio confort y placer, mas bien se negaron a sí mismos las necesidades de la vida para que tu puedas tener algunos lujos. Ellos se levantaron temprano y trabajaron tarde para que tu tengas la oportunidad de estudiar y prepararte para un gran trabajo en el mundo. De allí proceden esas cicatrices, y son santas y sagradas cicatrices. ¿Te avergüenzas de ellas?
Un comerciante en una de las ciudades del oeste medio de nuestro país envió a su hijo al Colegio. El tuvo que hipotecar su negocio para hacerlo. El economizó y ahorró, y tanto él como su esposa llegaron a quedar con ropas inapropiadas en función de que su hijo pudiese tomar su lugar entre los demás estudiantes adecuadamente vestido y provisto con dinero. Pasados unos pocos meses, vino al corazón de la anciana pareja un incontrolable deseo de ver a su hijo. Ataron su viejo caballo a un inseguro carro (ellos habrían tenido un automóvil si no le hubiesen dado el dinero a su hijo) y fueron a la ciudad donde estaba el Colegio, a unos 30 kilómetros de allí. Ellos llegaron justo cuando las clases estaban terminando, y vieron a su muchacho, Harry, con un grupo de amigos viniendo a través del campo escolar. Mientras se aproximaban a él, algunos de sus compañeros ridiculizaron el viejo carro y su caballo, y el ropaje típico de aquel viejo hombre y su esposa. Harry se paró, miró intencionadamente por un momento a su madre y a su padre, se ruborizó profundamente y rápidamente se volvió y alejó, pretendiendo no conocerles. Con sus corazones quebrantados, la vieja pareja comenzó el cansador viaje a casa, y aquella noche la anciana madre murió.
Si estas palabras caen en manos de cualquier chica o muchacho que es tentado a proceder como Harry lo hizo, te suplico, no lo hagas. Si tu madre y padre, o uno de ellos están en vida, anda a ellos, echa tus brazos sobre sus cuellos y diles que los amas y aprecias todo lo que han hecho por ti. Si no están al alcance de tus brazos, ¡entonces escríbeles! Escríbeles una larga carta de amor, regocijo y aprecio.
Un hijo nunca llega a ser demasiado viejo para que él o ella no sean un hijo para sus padres. Por lo tanto, este amor y respeto es para retribuírselos mientras vivan. La vida tiene pocas cosas más hermosas que el devoto pensamiento y amor de un hijo o hija ya crecido, hacia un anciano padre. Esto complace el corazón de Dios.
Cuando nuestros padres envejecen, ellos cambian lugares con nosotros. Una vez nos alimentaron, ahora es nuestro privilegio y alto honor alimentarles. Una vez ellos nos protegieron de la tormenta. Ahora nosotros debemos protegerlos a ellos. Nosotros ahora estamos fuertes, y ellos están débiles. ¡Qué oportunidad de amorosamente pagar una parte de la deuda que tenemos con ellos! Será solamente una parte, de todos modos. Ningún hijo puede jamás pagar completamente el amor y el cuidado de un padre piadoso.
La vida tiene pocas satisfacciones más intensas que pensar que hemos sido justos, amables y gentiles para con nuestros padres en sus tiempos de necesidad y dependencia. Da paz al alma, y hace del cielo y nuestra reunión una expectativa más gloriosa. Estar preparados para decir “adiós” a un padre, sin el pesar de oportunidades perdidas, es una bendición en sí mismo.